domingo, 26 de agosto de 2012

Río Magadela Ayer y Hoy


COLOMBIA

EL RIO MAGDALENA EN EL SIGLO XIX
Veamos un testimonio de lo que era viajar desde la costa hacia Bogotá, antes de la llegada de los barcos movidos por vapor:

“Para llegar desde barranquilla al interior del país y especialmente a Bogotá su capital, es menester confiarse de buena o mala gana al río Magdalena, pues no hay ni ferrocarril ni otro medio de comunicación terrestre.  Tan sólo a la mitad de la distancia, cerca de Puerto Nacional, se podría abandonar el río para continuar el viaje a lomo de mula, pero exponiéndose a la necesidad de usar caminos en tal mal estado, aun antes de comenzar la navegación a vapor, todo viajero prefiere el río.  Al efecto se usan los champanes, embarcaciones parecidas hasta cierto punto a las del río Elba en Alemania. Estos champanes son lanchas de poco calado.  De 10 a 15 metros de eslora y de 2 a 3 metros de manga, cubiertas en su mitad por un techo formado de palos y hojas de palmera y abiertas en sus partes delantera y trasera.  Ocho a doce bogas, negros o zambos medio desnudos, mueven el champan, remando o empujando a garfio,  según las circunstancias, pues el poco calado no permite navegar a vela.  A tales embarcaciones con escasa posibilidad de moverse y limitado a la compañía de esa gente tan ruda y difícil de tratar, el viajero quedaba confinado con frecuencia hasta dos meses, para llegar a Honda, final de su viaje.  Todas las descripciones antiguas del viaje, por lo tanto, están llenas de lamentaciones alrededor de este modo de viajar, de los sufrimientos por el calor, de la pésima alimentación, de la falta de toda comodidad, de los conflictos interminables con los bogas, siempre quejosos de las largar horas de su jornada y que a veces abandonaban abruptamente toda actividad para participar en la fiesta de algún pueblo ribereño”.
Alfred Hettner. Viajes por los Andes colombianos. 1882-1884

EL RÍO MAGDALENA HOY
En la actualidad el río Magdalena sigue siendo una vía de comunicación fundamental para el país.  La única diferencia es que por sus aguas ya nos e desplazan viajeros, sino muchas mercancías y productos que van camino a la costa.  Los derivados del petróleo, el cemento, el arroz, el plátano y hasta el ganado viajan por sus aguas.  En el pasado era cotidiano que los viajeros que navegaban por el Magdalena se asustaran de ver la cantidad de caimanes, que descansaban en las playas del río.  Igualmente se maravillaban de la variedad de aguas y peces que encontraban a su paso.  En la actualidad esta circunstancia ha cambiado.  Hoy en día no se encuentran caimanes, y la pesca se ha reducido mucho a causa de la contaminación de sus aguas, pues el Magdalena recibe el caudal de ríos contaminados, como el Bogotá y el Gualí, por ejemplo.  Otro elemento que ha alterado el paisaje a lo largo del río Magdalena ha sido el empleo de medios de transporte más rápidos y eficaces.  El viaje de la costa caribe a la ciudad de Bogotá, que en el siglo XIX podía tardar entre veinte días y dos meses, ahora es posible realizarlo en una hora por avión, o en algo mas de doce horas por carretera.

Bibliografía:

RUEDA, Wilson Paul, ORTIZ JIMENEZ, José Guillermo y Otros. Nuevas Ciencias Sociales 8º  (Educación Básica Secundaria), Primera Edición, Editorial Santillana., Bogotá-Colombia, 2007, páginas: 134 a 135.

Actividades:

1.    Con base en la información del texto y otros documentos que Ud., consulte, realice un comentario sobre el siguiente interrogante: ¿Cuáles eran los principales obstáculos que tenían los viajeros y viajeras al remontar el río?
2.    Según los textos: ¿cuáles son las principales diferencias en el uso del río Magdalena en el siglo XIX y en la actualidad?
3.   Las respuestas al interrogante 2 enviarla al correo electrónico solo.informes.ita@gmail.com
4.    Fecha límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 14 de Septiembre/2012.